Esta modalidad de hacer publicidad no está sujeta a la
disciplina de los canales tradicionales y consiste en llevar a cabo acciones de
comunicación, promociones y campañas publicitarias en la calle o espacios
comerciales con una gran concentración de gente.
Sus inicios datan de la década de los 50´s, cuando la marca
de protectores solares Ambre Solaire decidió presentarse en la playa
para regalar muestras de sus productos, así como consejos sobre su uso a los
bañistas. Este hecho que ahora parece algo muy poco original, en aquella época
causó un gran revuelo.
Aunque el Street Marketing ha cambiado mucho sigue
manteniendo su esencia, que es llevar a cabo algo creativo y original para captar la
atención del público.
La ventaja esta disciplina es que puede llevarse a cabo por
cualquier empresa, desde grandes multinacionales hasta aquellas que tienen un
presupuesto limitado y necesitadas de ganar de ganar
notoriedad.
Los objetivos que se persiguen a la hora de llevar una
acción de este tipo son:
- Ofrecer experiencias interactivas con el público;
- Generar acercamiento al consumidor;
- Conseguir un gran impacto;
- Provocar un evento interesante para los distintos medios de comunicación;
- Perdurar en la memoria del consumidor;
- Generar rumor;
- Diferenciarte de la competencia;
- Ofrecer una imagen de empresa creativa e innovadora;
- Conseguir notoriedad;
- Reforzar el posicionamiento de la marca;
- Generar tráfico.
No obstante, antes de llevar a cabo una campaña de Street
Marketing hay que tener en resueltos los siguientes aspectos:
- Elegir un lugar de máxima afluencia de público donde causar el mayor impacto posible;
- Elaborar una propuesta creativa;
- Que esta propuesta transmita un sentimiento positivo y de simpatía;
- Que nuestra iniciativa se adapte al entorno para que cobre protagonismo;
- Conocer las normativas y pasos a seguir para obtener los correspondientes permisos.
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